Un viaje a Lyon, destino cultural y gastronómico de excelencia

Ignacio ganador de nuestro concurso especial Fiesta de la Gastronomía en Francia nos presenta el "Encanto de Lyon", ciudad conocida como capital mundial de la gastronomía. En el mejor paseo por la Capital de la Gastronomía francesa, visitamos el barrio medieval del Viejo Lyon, subimos a la colina Fourvière, Croix-Rousse y su rica tradición del tejido de la seda, sin olvidar probar la deliciosa cocina lionesa durante una sorpendente cena a bordo de un bus restaurante. ¿Preparados para la visita?

Cada vez que leo los planes que propone Turismo de Francia en España a través de su newsletter me dan ganas de liarme la manta a la cabeza y salir volando a hacer la maleta, pero como uno no da para tanto no dejo nunca de encomendarme a la suerte y participo asiduamente en todos los concursos que proponen. ¡Y de tanta rondarla al final la suerte cayó de mi lado!

Ignacio nuestro ganador con el chef Paul Bocuse delante del "Mur des Canuts" en Lyon
Después convencer al jurado de que mi propuesta de lema para la Fiesta de la Gastronomía era la más original, recibí un mensaje que no terminaba de creerme:

“Desde Turismo de Francia en España, te queremos felicitar por ser el ganador del juego-concurso Lyon, Capital de la Gastronomía Francesa”, que consistía en un viaje para 2 personas desde Madrid a Lyon con vuelos Iberia regional Air Nostrum, 2 noches en el céntrico hotel 5* Le Royal Lyon con desayuno incluido, una cena en el bus restaurante Le Trolley des Lumières y un par de tarjetas Lyon City Card para conocer la ciudad.

Tan pronto como terminé de creérmelo empezamos a hacer planes para encajar las fechas y aprovechar la oportunidad al máximo. Con la ayuda y la paciencia de Emilie en Atout France finalmente diseñamos un viaje a la medida de nuestros sueños,  nos cargamos los trastos a la espalda y aprovechamos la ocasión para esquiar unos días en los Alpes, a menos de 2 horas en coche del aeropuerto de Lyon ¡pero ese es otro viaje que merece mención aparte! 

¡Escala en las pistas de esquí de los Alpes!
Llegamos al hotel Le Royal con el tiempo justo de ver ponerse el sol y dejarnos mimar por el personal de recepción, que nos entregó las tarjetas Lyon City Card y algunos obsequios de bienvenida antes de enseñarnos nuestra preciosa habitación con vistas a una de las esquinas de la inmensa Place Bellecour.

Nuestra suite en el Hotel Le Royal
Fourvière visible desde toda la ciudad
Elegancia en las calles de Lyon


















La ubicación del hotel Le Royal Lyon es perfecta, en mitad de la península que se ha formado entre los dos ríos que rodean buena parte de la ciudad, el Ródano y el Saona, a cinco minutos de la catedral de Saint-Jean-Baptiste y el barrio viejo, le Vieux Lyon, muy cerca de la parada del funicular que sube a la colina de Fourvière, y a un paseo de las concurridas calles alrededor de la Ópera y del barrio de la Croix Rousse.

Fourvière, lugar elevado y panorámico, pero también céntrico
En definitiva, mirando el plano parecía que esa misma noche nos iba a dar tiempo a dar un buen paseo por la ciudad casi sin desenfundar nuestro pase Lyon City Card y su acceso gratuito al transporte público.
Pero la ciudad es bastante más grande de lo que parece, así que esa noche paseamos tranquilamente por las avenidas del centro, con sus palacios y sus monumentos clásicos a un lado y otro del rio, hasta la Place des Terraux, donde se encuentran los edificios de la Ópera y el Hôtel de Ville

Edificio de la ópera
Fuente de la Place des Jacobins

Seguimos la Rue de la République, que es una calle peatonal larguísima que recorre algunas plazas pintorescas, hasta los alrededores de la Ópera, donde hay un buen puñado de bares para cenar o tomar una cerveza. En ese paseo nos encontramos la fuente de la Place des Jacobins, los chorros del estanque de la Place de la République y el enorme Palais de la Bourse, que da una ligera idea del esplendor de la ciudad durante la época del auge de la industria de la seda en Lyon.

Después de cenar tan ricamente en una terracita de la Rue du Garet, justo detrás de la Ópera, volvimos al hotel en metro para ir cogiendo la medida a la ciudad y abandonarnos a un sueño plácido hasta el día siguiente

Una sala de desayuno muy original
Esa noche dormimos como reyes y nos despertamos justo a tiempo para disfrutar del desayuno, que se sirve en un salón que parece una cocina abierta, decorada con porcelana y presidida por una mesa alta en la que dan ganas de amasar las magdalenas. Pero la estrella de la mañana es el chef que se encarga de preparar los huevos al gusto de cada cliente ¡para chuparse los dedos y volver a la cama otra vez! No en vano, la escuela del renombrado Institut Paul Bocuse, que tiene sus instalaciones y un modernísimo restaurante en el mismo edificio, forma a sus estudiantes en el hotel.


Con la tripa llena, y un paraguas a mano, decidimos dejar para la tarde, o para cuando saliese el sol, la subida a la colina de Fourvière y la visita a Basílica de Notre-Dame, siempre presente en el paisaje de la ciudad, ahí arriba, reclamando la atención del visitante remolón y facilitando el paseo a los más desorientados.
Cogimos el metro hasta la Croix Rousse con intención de localizar los famosos murales del barrio alto y dar un paseo por esas calles estrechas que dieron cobijo a los artesanos y a la floreciente industria de la seda en Lyon. Es divertido explorar los estrechos callejones que hay entre algunas casas, llamados "los traboules",  que de vez en cuando dan acceso a singulares patios o permiten acortar el camino colina abajo. El barrio ahora tiene un encanto diferente, con bonitas tiendas y algunos talleres de diseño, pequeños cafés para tomar un aperitivo y  un ambiente bohemio que anima a callejear tranquilamente por sus empinadas calles hasta llegar al rio.

Un taller de seda
Las cuestas de Croix-Rousse
Estuvimos examinando un buen rato el mural en el que distintos artistas locales han pintado la historia del barrio: el impresionante "Mur des Canuts". Para completar la visita entramos en la Maison des Canuts, que cuenta los cinco siglos de historia de la seda en Lyon. Llegamos hasta el famosísimo fresco "Fresque des Lyonnais", a la orilla del Saona, en el que están representados personajes ilustres nacidos en Lyon asomados a los balcones pintados en la fachada ¡a ver cuántos reconoces tú!

La Fresque des Lyonnais
El cinematógrafo fue inventado en Lyon por los hermanos Lumières

Fachadas con frescos
Fachadas con frescos
Mur des Canuts





















Allí mismo intentamos coger Le Vaporetto con nuestras City Card entre los dientes con la idea de navegar un rato el Saona y cambiar ligeramente la perspectiva.  Pero como no terminaba de llegar nunca cruzamos el rio y callejeamos un poco el barrio viejo, le Vieux Lyon, hasta que nos dimos de bruces con el pequeño museo del guiñol. Entre bambalinas,  pasamos un rato muy divertido y terminamos de entender el origen de "Guignol", un personaje original que se ha convertido en un mito universal y en símbolo de la ciudad ¡resulta difícil dar un paseo por Lyon y no reconocer la figura de "Guignol" en cualquier lado!

¡Guiñol nació en Lyon!
Risas en el Teatro casa de Guiñol
Homenaje a Saint-Exupéry
 Volvimos al hotel con el tiempo justo de descansar un rato entre almohadones colorados y de ponernos guapos para acudir a nuestra cena a bordo del Le Trolley des Lumieres, un autobús restaurante que nos esperaba esa noche en una esquina de la misma Place de Bellecour, justo al lado de una simpática estatua del escritor local Antoine de Saint-Exupéry con su personaje más universal, El Principito.







La cena fue muy divertida y pudimos probar algunas de las especialidades de la cocina lionesa mientras reconocíamos iluminados algunos de los lugares más emblemáticos de la ciudad.

Trolley des Lumières,  bus-restaurante
Excelente ubicación del hotel Le Royal
"L'andouillette", una especie de salchicha elaborada tradicionalmente y con un intenso aroma y sabor por los condimentos y especias que lleva, un plato contundente que invitaba a beber buen vino y a charlar animadamente mientras la ciudad pasa por delante de nuestros ojos a velocidad de crucero. Después de una breve pausa en el jardin des chartreux para estirar las piernas y disfrutar de una perspectiva diferente de la basílica de Notre-Dame de Fourvière terminamos de redondear la cena con la famosísima "tarte à la praline", una tarta muy fina de almendras tostadas recubierta de azúcar caramelizado de color rojo ¡un regalo para los más golosos!

Lyon de noche
El camarero nos trató genial durante todo el viaje y al final pudimos charlar con él de todo un poco con una copa de un aguardiente terrible antes de atrevernos a bajar a digerir la cena con un paseo por el rio hasta medianoche. Justo a la altura de nuestro hotel pudimos volver a ver iluminado el Hôtel-Dieu, que fue un hospital hasta 2010 y está siendo reconvertido en hotel de lujo, y la Université Lumière Lyon, dos de los edificios más impresionantes a la orilla del Ródano.

Cruzando el río Saona para ir el Viejo Lyon

Iglesia Saint-Georges
El día siguiente amaneció despejado así que después de cumplir con la sagrada ceremonia del desayuno y de hacerle cuatro reverencias a la chef, nos dimos un paseo por la orilla del Saona hasta la plaza de Saint-Jean-Baptiste, donde se erige la catedral y se empiezan a arremolinar las calles del barrio medieval del Vieux Lyon.









Cogimos el funicular que sube hasta Fourvière y el sitio arqueológico en el que se pueden ver las ruinas de un teatro romano enorme y muy bien conservado. Allí, sentados en las gradas del teatro disfrutamos del espectáculo y cerrando los ojos al sol no nos resultó difícil imaginarnos Lugdunum capital de la Galia.

Hora de tocar los orígenes galorromanos de Lyon
El teatro más antiguo de la Galia
La majestuosa virgen contempla la ciudad
Un poco más arriba, en lo alto de la colina, donde se levanta la Basílica de Notre-Dame de Fourvière, se puede disfrutar de una fantástica vista panorámica de toda la ciudad y es inevitable retar a cualquiera a reconocer los edificios más significativos de la ciudad. Agudizando mucho la vista nosotros podíamos ver nuestra habitación en la Place Bellecour, fácilmente reconocible entre los edificios del corazón de la Presqu'île no solo por sus dimensiones sino por el color rojizo de la tierra que cubre la mayoría de las plazas de Lyon.


Vista de Lyon desde el mejor lugar posible
Lyon a nuestros pies
Después de una visita al templo, que en realidad son dos iglesias, una encima de la otra, con una serie de mosaicos enormes con abundancia de dorados y una mezcla de elementos románicos y bizantinos espectaculares, bajamos por el jardín que cubre la colina hasta el barrio del Vieux Lyon, que también es parte de los lugares incluidos en el Sitio Histórico de Lyon, que está declarado Patrimonio de la Humanidad.

Decoración interior de la basílica
Detalles de los mosaicos
Los preciosos mosaicos de la Basílica de Fourvière
Después de un paseo por sus calles estrechas y peatonales, repletas de cafés con terraza y bonitas tiendas, aun nos dio tiempo a comer reposadamente en uno de los múltiples "bouchons" que el turista se encuentra en cada esquina, esos establecimientos en los que se sirve la comida lionesa tradicional en mesas con manteles a cuadros y ambiente relajado.

Los techos del Viejo Lyon
Comer en Lyon, ¡garantía de satisfacción!
Con el apetito saciado pero ganas de seguir disfrutando del día tuvimos que recoger los trastos en el hotel, despedirnos del mismísimo "Guignol" y poner rumbo apresuradamente al aeropuerto de Lyon Saint-Exupéry para volver a Madrid  a dar envidia a todo el mundo con lo bien que lo habíamos pasamos en Lyon, esa pequeña gran desconocida agazapada a la sombra de los Alpes que merece unas visita y muchas más.

¡Muchas gracias a Turismo de Francia en España por darnos la oportunidad de conocerla de esta manera tan singular!

À bientôt, Lyon!
Ignacio&Pati

© Todas las fotos son de nuestro ganador, Ignacio.
 
¡Muchas gracias a nuestros ganadores por compartir sus recomendaciones y anécdotas!  

Como a Ignacio y Patri, estamos seguros que Lyon es una ciudad que te encantará y a la que querrás volver nada más irte ¡haz de Lyon tu próximo viaje

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